Maldiciones Generacionales
“Y sucederá que si oyes atentamente la voz del
Señor tu Dios para obedecer, para guardar todos sus mandamientos que yo te
ordeno hoy, también el Señor tu Dios te
levantará sobre todas las naciones de la tierra.”
Deut. 28:1
Muchas veces hemos escuchado la pregunta; sí Dios
existe, ¿porqué permite tantas desgracias e injusticias en el mundo?, esta es
tal vez la pregunta que fundamente el ateísmo de muchos, y la verdad no creo
que el plan inicial del Señor fuera este, no creo que le guste ver a sus hijos
sufrir, sin embargo la parasha anterior nos da luces sobre este hecho, al
permitir el divorcio, no porque estuviera en sus planes sino por la dureza de
nuestros corazones, de la misma forma el Señor nunca quiso tanto sufrimiento,
pero nuestros corazones son duros.
En la parasha Ki tavo hay una gran bendición y una gran maldición, bendición si obedecemos y guardamos los mandamientos del Eterno y maldición si nos rehusamos a hacerlo. En Deut 28:46 además se menciona que estas maldiciones alcanzaran nuestra descendencia, estas maldiciones se mencionan en todo el capítulo 28 e incluyen adulterio, ruina, robo, muerte, canibalismo, violaciones, plagas y enfermedades. Algunas de ellas las percibimos como normales y hasta nos hemos acostumbrado a vivir con ellas, el adulterio por ejemplo, existen zonas de nuestro país en donde esta práctica es avalada socialmente. Sin embargo aquí el Señor nos muestra la completitud del malestar de la cultura como llaman los psicoanalistas a todo aquello que no permite la realización del sujeto, nuestros problemas resultan ser no solo nuestros problemas sino son los problemas de nuestros antepasados, y alguien podría decir; ¿y, yo qué culpa tengo de lo que hizo mi abuelo?, pues bien, tienes su ADN y no estarías aquí de no ser por él.
Los estudios científicos realizados en
Estados Unidos, Europa y Asia muestran que el 40% de los rasgos de la
personalidad son transferidos genéticamente, esto incluye tendencias adictivas
como el alcoholismo y la drogadicción, tendencias suicidas, depresión, patrones
de pensamiento y habilidades sociales, en otras palabras si su abuelo fue
alcohólico, usted tiene un 40% de probabilidad de serlo también[1]. En cuanto a la conducta
suicida las cifras también encontramos que más del 40% del comportamiento
suicida tiene un componente genético, esto quiere decir que ante la misma
situación estresante el hijo de un suicida tiene el 40% más de probabilidad de
suicidarse con respecto al hijo de alguien que no tiene ideación suicida[2]. Por lo tanto si bien los
rasgos de personalidad y patrones de comportamiento pueden ser estudiados a
partir de la cultura es innegable que ciertos comportamientos y en particular
los que tiene que ver con patologías son trasmitidos genéticamente y
constituyen una predisposición para seguir los mismos pasos de nuestros padres.
A estas tendencias heredadas genéticamente se les ha llamado en el ámbito
cristiano maldiciones generacionales y constituyen esa carga del pasado de
nuestros padres, sin embargo a pesar de esta predisposición genética para ser
como nuestros padres y seguir sus tradiciones, estas maldiciones generacionales
que están presentes en las enfermedades congénitas tienen un propósito y cabida
en los planes del Señor, por ejemplo en Jn 9:1-4 nos relata el caso de un
hombre ciego de nacimiento y el propósito de este hecho para que las obras del
Señor se manifiesten en él, de la misma forma sucede con estos rasgos genéticos
al tener conocimiento y ser abiertas nuestras mentes en la palabra del Señor es
posible que entendamos los hecho de nuestra vida y porque el Señor permite
algunas cosas, pero también de conocer sobre sus bendiciones, esta parasha no
solo nos muestra el origen de muchos problemas sino también nos dice que existe
bendición en seguir al Señor y obedecerle. Si por la dureza de los corazones de
nuestros padres y su debilidad nosotros nos hemos hecho malditos, como
creyentes en Yeshua (Jesús) es nuestro deber hacer frente a estas maldiciones. Si
tomamos en cuenta el texto de Rom 8:1-14 podemos ser librados de ellas, y
nuestro ADN renovado, es nuestro deber
orar por nuestros pecados generacionales, pedir perdón por nuestros
antepasados, por nosotros y por nuestros hijos.
Que sea el Señor dándonos
discernimiento sobre los pecados de nuestras familias y permitiendo que en el
tiempo de Teshuva, en estas cercanías de Iom Kipur el perdón y la verdadera
gracia del Señor nos cubra y nos haga libres para servirle en la forma en la
cual él lo planeo desde el principio.
Paola Andrea Hincapié - Psicóloga
[1]Yamagata, S. et al. Is the Genetic
Structure of Human Personality Universal? A Cross-Cultural Twin Study From
North America, Europe, and Asia, Journal of Personality
and Social Psychology, Vol 90(6), Jun, 2006. pp. 987-998
[2] Andrej Marušic, Suicidology Meeting
Genetics, Crisis 2006; Vol. 27(3):105–106, en
No hay comentarios:
Publicar un comentario