Cuando
se habla de los materiales del mishkan/tabernáculo (Shemot/Éxodo 35:5), en
algunas versiones luego del oro y la plata se menciona el cobre, aunque en
algunas versiones en su lugar aparece el bronce. En las versiones escritas en
hebreo la palabra que aparece es נחושת que se traduce como
cobre. Mientras que el correspondiente en hebreo de Bronce es ארד,
que no aparece entre los materiales mencionados para la construcción del
mishkan, en las versiones en hebreo. Además varias traducciones fiables de la Toráh
han traducido ésta palabra como cobre.
El
cobre es un metal puro, un elemento de la tabla periódica como la plata y el
oro. El bronce, por su parte, es una aleación de cobre y estaño, no es un metal
puro. El Eterno entre los elementos que pide usar y diseñar, el oro puro, la
menorah de una sola pieza (Shemot/Éxodo 37:17), y más adelante va a pedir que
no se ayunte el ganado con otras especies, no se siembren los campos con mezcla
de semillas y no se mezclen los hilos del vestido (Vayikra/Levítico 19:19). En
esta misma lógica se esperaría que “todas las estacas de la tienda de reunión y
el atrio, en todo su contorno” (Shemot/Éxodo 38:20) fueran de un metal puro y
no de una aleación de metales.
Finalmente,
más allá de si el material usado fue cobre o bronce, vale la pena recordar lo
que el Rav. S. Blad nos comenta en el maná diario de esta semana. El cobre
tomado de los espejos de las mujeres, se utilizó para hacer la pila que llena
con agua era usada para la purificación de manos y pies de los sacerdotes.
Éstas tres cosas: el cobre (símbolo de juicio), el espejo y el agua, nos
recuerdan la importancia de revisarnos y purficarnos antes de servir al Eterno.
Rocío Delvalle Quevedo
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