MATOT (מַּטּוֹת)
AGUAS PARA PURIFICACIÓN
En
esta corta reflexión no pretendo justificar, argumentar, ni explicar porqué el
Altísimo escogió el agua para efectuar las purificaciones que él nos ordena, Él
es soberano y sabe porque lo hizo así. Solo quiero compartirles algunas
curiosidades de éste importante elemento de la naturaleza con las que me he
topado, que hacen a mi imaginación volar un poco, y con previa y fevorosa
petición al Eterno de que guíe mi mente y mi corazón, me aventuro a asociar con
algunos textos de la escritura.
En
la parashá de ésta semana (Bemidbar 31:19-24), se retoma un mandato dado por el
Eterno en el capítulo 19 de Bemidbar, en cuanto al uso del agua, para la
purificación tanto de las personas como de los objetos. El agua es conocida
como el solvente universal, pues tiene propiedades químicas y eléctricas que le
permiten disolver casi cualquier sustancia. No en vano en la actualidad se le
utiliza como sistema de eliminación de residuos. En otras palabras
cotidianamente el agua se usa para limpiar.
Otra
propiedad del agua es que necesita recibir mucho, mucho, mucho calor para
llegar a calentarse. Es por esta razón que los cambios de temperatura en el
agua se dan de forma más gradual y a lo largo de más tiempo. Esto me hace
pensar, que un proceso de purificación de nuestras vidas no se da de la noche a
la mañana. El Eterno tiene su tiempo para cada uno de nosotros, él es fiel para
completar la obra que empezó, y nos va limpiando poco a poco de todas las impurezas
que nos llegan a diario.
En
los seres vivos el agua está en mayor proporción durante el desarrollo
embrionario y en los estados juveniles, en el envejecimiento ella disminuye. El
agua es usada para que algo que era puro, y se impurificó por contacto con
cadáveres, pecado, animales impuros, nidah, etc. vuelva a quedar puro. Yohanan
el inmersor, purificaba a los israelitas de la época de Y'shua en agua para
arrepentimiento (Teshuvá), y ésta palabra en hebreo, se relaciona con “volver”
o “retornar”. Además Y'shua le habló a Nicodemo de que era necesario nacer de
nuevo del agua y del Espíritu. Que bonito pensar que la purificación en agua
nos hace retornar, volvernos al Altísimo, a ser esos recién nacidos delante del
Padre, limpios de nuestros pecados por la obra de Y'shúa y ansiosos por
escuchar y recibir como niños la palabra del Señor.
Rocío Delvalle Quevedo
17
de Julio de 2012
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