Baruj SheAmar v’hayah ha’olam – Bendito sea el que habló y el mundo comenzó a existir!
»Cuando una joven, que todavía viva en casa de su padre, haga un voto al Señor y se comprometa en algo, 4 si su padre se entera de su voto y de su compromiso pero no le dice nada, entonces ella estará obligada a cumplir con todos sus votos y promesas. (Números, 30:3 -4)
En el versículo 1 del primer capítulo de Bereshit antes de que se mencione la creación de los cielos y la tierra, se encuentra el complemento directo אֵת “et”, el cual dentro de un contexto interpretativo hace alusión a el alefbeit, el alfabeto hebreo. Antes de la creación el Eterno creo el alef beit y a través de él creo el mundo y lo que él contiene. Hoy en día se declara gratitud por ciertos alimentos expresando la oración: “shehakol nih’yeh bidvaró”, la cual nos traduce por cuya palabra todo existe. Esta idea es recapitulada por Juan, discípulo del mesías, haciendo una conexión profunda entre la palabra y el mesías, de quien afirmó: "En un principio era la palabra, la palabra estaba con Di´s y era Di´s" Jn 1:1
Luego en Bereshit 1:26 se nos dice que somos hechos a imagen – Betzalmenu - del Eterno. Fuera de las grandes implicaciones que tal palabra puede tener en nuestro mundo físico y corpóreo, la idea básica que perdura hoy en día dentro del Judaísmo es la de construcción de un hombre “ideal”, un proyecto de ser humano, que puede llegar a parecerse al Eterno en sus atributos de justicia, misericordia, amor, compasión como también en el cumplimiento de su palabra.
Hoy día la palabra, como garantía de cumplimiento, dejó de ser importante. No queremos vivir bajo la figura del compromiso y el pacto ha tomado una nueva interpretación desde un campo financiero. La palabra, dejó de ser utilizada por los hombres de Di´s y empezó a ser utilizada en campos comerciales por motivadores personales, quienes a través de la oratoria, la programación neurolingüística y otras herramientas procuran unir en su público lo que piensan o desean, con lo que quieren obtener o conseguir: Unir el pensamiento a la acción.
En la parasha semanal el Eterno nos recuerda el poder de la palabra, la importancia de los votos y de los juramentos, y da las posibles situaciones en las que éstos pueden ser disueltos.
Aunque la tradición explica que los mecanismos para disolver tales juramentos o compromisos son propios de la tradición Oral, nos damos cuenta que el propósito inicial dado en este contexto es: “si no eres capaz de cumplirlo, no te comprometas a hacerlo”. Es interesante que los mecanismos de disolución de votos son dados a los votos que podría hacer una niña o una mujer casada o soltera, a lo que Rashí argumenta que tal situación puede deberse a una mayor propensión emocional que hay en la mujer al compromiso.
Esta situación se explica a través de la clínica psicoanalítica de la siguiente manera: Toda palabra, aparte de tener un significado, tiene una impresión emocional en el ser humano, la cual buscará satisfacer una necesidad, una “pulsión”, un objeto de deseo. Aunque existen variados mecanismos de defensa, la palabra es la herramienta que le permite al ser humano de una forma más sublime expresar sus deseos y emociones de una forma más satisfactoria. Esta necesidad, la cual es mayor en la mujer que en el hombre – por connotaciones sociales sobretodo – es la que hace que la mujer sea más propensa a presentar este tipo de conducta. El Eterno, quien creó el mundo a través de los actos de Bondad, sabe que las emociones son las que nos impulsan a actuar en este mundo, pero no deben ser la razón principal por las que estas se hagan. Las emociones, las cuales son inconstantes en el ser humano, no deben ser la base de nuestro comportamiento. Debe ser nuestro pensamiento el que dirija nuestra acción. Tal noción quedó en el Inconciente colectivo de nuestros padres, cuando nuestras abuelas decían: “Piense para hablar y no hable para pensar”
Angel Marceló
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