SHOFTIM ( שֹׁפְטִים)
ÁRBOLES CON FRUTO Y SIN FRUTO
Devarim 20:19 Si antes de conquistar
una ciudad tienes que sitiarla por mucho tiempo, no derribes sus árboles a
golpe de hacha, pues necesitarás alimentarte de sus frutos. No los derribes,
pues no son hombres que puedan defenderse de ti sino solo árboles del campo.
Sin embargo, podrás derribar los árboles que no sean frutales y construir con
ellos instrumentos de asedio contra la ciudad que tengas sitiada, hasta que
caiga bajo tu dominio.(NVI).
En este pasaje el Altísimo hace una
clara diferencia entre los árboles con fruto
y los árboles sin fruto. Biológicamente ésta diferencia efectivamente
existe. Las gimnospermas, representadas en los abetos, los cedros, las araucarias,
los pinos, entre otros, son grandes árboles, que tienen semillas, pero que
éstas no están rodeadas por órganos vegetales que sean denominados por la
ciencia como frutos. Mientras las angiospermas como las higueras, los olivos, los manzanos, tienen también
semillas, pero éstas se encuentran rodeadas por órganos vegetales carnosos, los
frutos, que usualmente cumplen la función de atraer animales que al consumirlos
dispersan dichas semillas.
Sin embargo, me llama la atención que
en éste pasaje, se enfatiza en el hecho de que los árboles que no debían ser
derribados eran aquellos que tenían frutos para alimento. Por otro lado los que si podían ser talados, además de que se suponía no tenían fruto, podían ser usados
para realizar herramientas. En este sentido, recordé que hay algunas plantas
que también son angiospermas, que tienen muy buena madera para construcciones,
tales como los robles, los abedules, las caobas, entre otras, que
biológicamente sí tienen un fruto, pero éstos son bastante pequeños y no se han
utilizado tradicionalmente como alimento. Y que con éstas plantas de las que no
podrían sacar un provecho nutricional, más bien podrían obtener un importante
beneficio en cuanto a la calidad de la madera.
No puedo afirmar, si efectivamente la
distinción que hace el Eterno en el pasaje, es de tipo biológica (presencia o
ausencia de frutos) o de tipo cultural (uso de frutos o uso de madera), pero si
me parece hermoso, que de una u otra forma, sigue dándonos un ejemplo de
mayordomía sobre la creación. No cayendo en los extremos del conservacionismo
fanático, aquellas personas, que pueden llegar a considerar que el hombre
debería abstenerse incluso del consumo de animales o plantas, porque la
naturaleza debe mantenerse inalterada. Pero tampoco una explotación salvaje,
que no respeta los tiempos de restauración ecológica, la necesidad de dejar un
agregado a partir del cual siga manteniéndose la naturaleza, que consume,
destruye y mal gasta solo por el poder y la dominación sobre la naturaleza, y
que aún olvida los tiempos de descanso de la tierra, y mandatos como el que se
nos enseña en está parashá.
Que el Eterno nos guíe hacia la sana
vivencia de sus mandamientos de una forma equilibrada y en amor.
Rocío Delvalle Quevedo
Bióloga en formación
13 de Agosto de 2012
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