“Hazte dos trompetas de plata; las harás labradas a martillo. Y te servirán para convocar a la congregación y para poner en marcha los campamentos.” (Num 10:2)
En Israel existían dos tipos de trompetas: una de plata y el shofar, (que es el tradicional cuerno de carnero, en ocasiones de cabra o antílope) Los toques de estas trompetas se utilizan con los siguientes propósitos:
- Reunir la congregación o los jefes – con un sonido de Tekía,
- Hacer partir los campamentos – con los sonidos Tekía– Teruá – Tekía,
- Recordar al pueblo delante de HaShem en tiempos de guerra,
- Recordar al pueblo delante de HaShem en las fiestas, la luna nueva y durante todos los sacrificios comunitarios,
Estos sonidos corresponden a las notas de do y sol -do (1). El sonido es una onda, es decir una propagaciòn de energìa de un lugar otro a través del aire, cada nota propaga energía a una velocidad diferente, debido a esto, cada nota tiene una longitud de onda diferente, es decir cada nota perturba de forma diferente en nuestros oídos y es por esto que la sensación es diferente, El mundo esta lleno de ondas, algunas las percibimos, como la luz, los colores y el sonido, otras como las microondas y ultravioleta aunque nos afectan no somos conscientes de su presencia, Otras sirven para transportar las señales de radio y de tv análoga, están en cada aspecto de nuestras vidas. El Señor nos enseñó un código de ondas a través de estos sonidos, que servirán de guía y señal en tiempos importantes, la palabra trompeta aparece 44 veces en la versiòn NVI, siempre que cada acontecimiento trascendental en la vida del pueblo de Israel sucede, éstos sonidos toman parte. Las fiestas y las guerras están anticipadas por un toque de trompeta, ya sea de plata o de un shofar.
En cada instrucción de la Torá, encontramos una herramienta pedagógica que utiliza el Eterno para enseñarnos algo. El uso de sonidos en diferentes contextos, traía organización , preparación o seguridad al pueblo de Israel.
La importancia de hacer sonar una trompeta salta a la vista. los dos sentidos más sensibles son el oído y el olfato, de este último tenemos la memoria sensorial más durable y primaria, podemos recordar olores de nuestra infancia aun de tiempos en los que aun no tenemos recuerdos en imágenes. De igual manera tan sencibles son nuestros oídos que, todo lo que escuche un bebé en formación dentro de su madre, estará íntimamente ligado a su memoria (las voces de sus padres, la música que escuchen ellos, etc.)
Así como un bebé en gestación es sencible a la información sonora que recibe del mundo, también lo fue el pueblo de Israel en su nacimiento. la primera vez que soraron las trompetas fue en el primer shavuot - pentecostés, en el marco de la entrega de la Torá en el Sinaí (Éxodo 19 y 20). Este sonido que quedó grabado en el cerebro y el ADN de quienes por primera vez lo escuharon, al volverlo a escuchar sus descendientes, todos ellos vuelven al mismo momento de la revelación de Di´s en el monte sinaí. Por esta razón, el escuchar el shofar por primera vez para muchos de nosotros es un hito que nos conecta con algo del pasado, que no podemos describir, pero que lo sentimos especial, inherente a nosotros mismos, sobre todo por los sentimientos que evoca y trae a nuestra memoria.
las vibraciones primigenias del universo todavìan estan con nosotros, en forma de radiación cósmica de fondo, y corresponde a la energía de la onda de la explosiòn primigenia que sigue expandiendose en el universo, la que detectamos proviene de regiones muy distantes. Recordemos que cuando vemos el cielo estamos observando el pasado del universo, de la misma forma esta radiacion tiene millones de años luz expandiendose como la onda mas grande conocida. Ésta es la evidencia de que efectivamente hubo una explosiòn inicial y de que el universo se sigue expandiendo recordándonos de dónde venimos, la podemos ver en la estática del televisor, de la cual el 5% corresponde a esta radiaciòn. Desde el principio de los tiempos el Señor detallista y cuidadoso se aseguro de darnos las herramientas necesarias para recordarle, y para que en lo profundo de nuestro corazon nunca olvidaramos quien nos creo y para aquellos que se estremecen al sonido de un shofar, recuerden que asi como su creaciòn continua maravillandonos èl tambièn. Las ondas en cualquiera de sus formas son solo un medio para volver a nuestras verdaderas raices, no las indigenas sino mas allá, nuestro verdadero origen.
Ps. Paola Andrea Hincapié
Psicóloga y Estudiante de Física
Universidad Nacional de Colombia
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